El tiempo se acababa y aún debían cumplir una parte del acuerdo matrimonial: tener un hijo.
Debía casarse o perdería el control de su imperio. Pero al magnate australiano Alex Valente no le servía cualquier mujer y tenía claras sus preferencias: debía evitar toda implicación emocional y la atracción física era esencial.
La diseñadora Olivia Cannington cumplía ambos requisitos, sobre todo el último. Además, se encontraba en una situación financiera desesperada, por lo que quizá aceptara incluso la segunda parte del ultimátum: darle un heredero a los Valente… en menos de un año.
2 comentarios
Muy linda novela. Tenía esperanza de que fuera un falso diagnóstico para ella pero estoy conforme con el final .
Alguien tendrá Seduceme/Venganza o Pasión, que me la pueda compartir?
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